En la última entrada dejé un pequeño adelanto de por dónde empezaban a ir las cosas, y es que, aunque parezca increible, sí, estamos alojados en un hotel regentado por chinos, con su restaurante chino, su bar-sala de juegos china y sus...cosas chinas.
Supongo que por eso de la integración decidieron ponerle un nombre así como caribeño, "hotel Guacamaya", que por lo visto funciona, o al menos al que reservó el hotel le despistó, desde luego.
Pese a todo decidimos que esto no podía condicionar nuestra imagen de Penonomé, así que salimos a la calle con la mejor de nuestras voluntades a conocer el pueblo.
Penonomé es un pueblo de casas bajas que se reparte a uno y otro lado de la autovía panamericana, con dos calles principales pero con infinidad de calles, caminos y carreteras que creo que jamás llegaré a aprender dónde lleva cada una.
La apariencia es algo pobre pero tiene su encanto.
Al principio, hay que ser sinceros, se nos cayó el alma a los pies. Para nada nos esperábamos algo así, pero claro, si lo que ves son solo dos calles
muy muy de pueblo, y que para ir al otro lado te toca cruzar la autovía como habías visto hacer a los que hace un rato acababas de llamar suicidas, pues no ayuda, la verdad.
Luego, poco a poco, te vas fijando en detalles, vas callejeando y descubriendo que para nada es un pueblo pequeño, que tiene muchísimos negocios y que si no eres muy exigente puedes encontrar prácticamente de todo.
La primera noche, ya que era sábado,
decidimos salir a tomar una cerveza, y ante la falta de conocimiento (y con un exceso de confianza), entramos en un bar....oscuro, dejémoslo ahí, en el que revivimos la típica escena de película americana en la que alguien de ciudad al que se le nota mucho, muchísimo que no es de la zona, entra en un bar de carretera por que se le ha estropeado el coche o sencillamente por que busca problemas y le importa poco lo que le pase, y todos los borrachos de repente se callan y siguen con la mirada cómo se acerca a la barra mientras se da cuenta que es su última noche en la tierra.
Pues bueno, después de todo nos tomamos un par y aquí estamos, vivos, aunque hace poco nos han dicho que no entienden cómo después de aquello.
Pasado el primer día y tras la depresión inicial vas encontrando cosas curiosas, como que tiene una
catedral, si si, la catedral de Penonomé...
...O que como no, hay no uno, si no DOS PIO PIO!!!!.
El Pio pio es el kentucky fried chicken de Panamá y en fin, no es dieta mediterránea que se diga pero te va salvando la vida.
La verdad es que al final no es tan pequeño como parece.
Durante los últimos años han reabierto unas canteras de oro y cobre muy cerquita de Penonomé y las están explotando unos canadienses, pero al final hay gente de todo el mundo y más o menos parece que están trabajando unas 4000 personas solo en la mina. Esto ha hecho que empiecen a surgir negocios alrededor y se construya de una manera brutal, así que en cosa de 4 años esto ha debido de ser...
Ahora tiene un "mall" (un centro comercial de toda la vida), muy majo, con su Mc Donalds como no, sus bancos, un Subway, el cine...pero lo que más ha traído son chinos, muchos, muchísimos, (lo que explica lo del hotel) y han puesto todo tipo de negocios. Como será la cosa que mi compañero ha rebautizado la ciudad como Chinonomé.
Otra cosa que ha pasado, y eso nos afecta a nosotros, es que los de la mina, que no deben andar mal de pelas, han arrasado con las viviendas y con los hoteles, y lo poco que queda tiene unos precios...
Así que como lo de encontrar una casa se está convirtiendo en misión imposible, de momento nuestra oficina es la habitación del hotel, lo que nos hace no llevar a mucha gente para evitar malos entendidos .
Como hay tantas curiosidades de Penonomé que contar, creo que va a dar para varias entradas de aquí a que vuelva a España.
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